Todo lo que quería era una barra de chocolate. No parecía una petición difícil de comprender, pero el empleado permaneció congelado y no parecía querer cumplir con la petición. Podría haber tenido algo que ver con el arma que le apuntaba a la cara.
Ella contó. Uno. Podía escuchar los pasos acercándose. Dos. Se podían ver bocanadas de aire saliendo de su boca. Tres. Él se detuvo a su lado. Cuatro. Ella apretó el gatillo del arma.
Bienvenido a mi mundo. Lo inesperado lo recibirá aquí y su mente será desafiada y expandida de maneras que nunca creyó posibles. Eso es si eres capaz de sobrevivir…