Las respuestas fueron siempre las mismas. Bueno, no exactamente lo mismo, pero sí en un sentido general. Una descripción más precisa fue que las respuestas nunca la sorprendieron. Entonces, preguntó por enésima vez: "¿Cuál es tu animal favorito?". Pero esta vez era diferente. Cuando escuchó la respuesta del joven, se preguntó si lo había escuchado correctamente.