Devon no podía distinguir el color de sus ojos. Inicialmente habría adivinado que eran verdes, pero cuanto más los miraba casi quería decir que eran de un amarillo dorado. Luego estaban los destellos rojos y naranjas que parecían atravesarlos. Era casi como si sus ojos estuvieran hechos de ópalo y el sol brillara constantemente en ellos y resaltara más color. Definitivamente eran el par de ojos más inusuales que jamás había visto.