WASHINGTON (AP) — La Reserva Federal lanzó el miércoles un esfuerzo de alto riesgo para controlar la peor inflación desde la década de 1970, elevando su tasa de interés de referencia a corto plazo y señalando potencialmente hasta siete alzas de tasas este año.

El aumento de un cuarto de punto de la Fed en su tasa clave, que había fijado casi en cero desde que la recesión por la pandemia golpeó hace dos años, marca el comienzo de su esfuerzo por frenar la alta inflación que siguió a la recuperación de la recesión. Los aumentos de tasas eventualmente significarán tasas de préstamo más altas para muchos consumidores y empresas.

Los encargados de formular políticas del banco central esperan que la inflación se mantenga elevada y termine 2022 en 4.3%, según las proyecciones trimestrales actualizadas que publicaron el miércoles. Eso está muy por encima del objetivo anual del 2% de la Fed. Los funcionarios ahora también pronostican un crecimiento económico mucho más lento este año, del 2.8%, por debajo de su estimación del 4% en diciembre.

El presidente Jerome Powell está dirigiendo a la Fed a un giro en U brusco. Los funcionarios mantuvieron las tasas muy bajas para respaldar el crecimiento y la contratación durante la recesión y sus consecuencias. Recientemente, en diciembre, los funcionarios de la Fed esperaban aumentar las tasas solo tres veces este año. Ahora, sus siete alzas proyectadas elevarían su tasa de corto plazo a 1.875% a fines de 2022. Podría aumentar las tasas en medio punto en futuras reuniones.

Los funcionarios de la Fed también pronosticaron cuatro aumentos adicionales en 2023, elevando su tasa de referencia al 2.8%. Ese sería el nivel más alto desde marzo de 2008. Como resultado, es probable que aumenten los costos de endeudamiento para préstamos hipotecarios, tarjetas de crédito y préstamos para automóviles.

Powell espera que los aumentos de tasas logren un objetivo difícil y limitado: aumentar los costos de los préstamos lo suficiente como para desacelerar el crecimiento y controlar la alta inflación, pero no tanto como para llevar a la economía a una recesión.

Sin embargo, a muchos economistas les preocupa que con la inflación ya tan alta (llegó al 7.9 % en febrero, la peor en cuatro décadas) y con la invasión rusa de Ucrania haciendo subir los precios de la gasolina, la Fed podría tener que subir las tasas aún más de lo que ahora espera y potencialmente llevar la economía a la recesión.

Por su propia admisión, el banco central subestimó la amplitud y la persistencia de la alta inflación después de la pandemia. Muchos economistas dicen que la Fed hizo su tarea más arriesgada al esperar demasiado para comenzar a subir las tasas.