CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El Papa Francisco, que ha estado sufriendo gripe, fue llevado a un hospital en el centro de Roma después de la audiencia papal del miércoles para realizarse pruebas de diagnóstico, dijo el Vaticano, sin dar más detalles.

El Papa llegó al hospital Gemelli de la isla Tiberina en un pequeño Fiat 500 blanco, del que salió escoltado en el mismo coche tras una breve visita.

Horas antes, el Papa, de 86 años, fue empujado en una silla de ruedas hacia la sala de audiencias del Vaticano, pareciendo cansado mientras se dejaba caer pesadamente en su asiento. En las últimas semanas ha caminado la corta distancia hasta su silla, pero la semana pasada ha estado luchando contra síntomas leves de gripe.

El Papa también canceló citas el sábado y el lunes debido a la gripe, pero apareció como de costumbre para la bendición del domingo desde una ventana que daba a la Plaza de San Pedro.

La semana pasada, Francisco tosió repetidamente durante los servicios del Miércoles de Ceniza que presidió en una iglesia romana y optó por no participar en la tradicional procesión que inaugura la temporada de Cuaresma en la iglesia.

En esta época del año 2020, justo cuando la pandemia de coronavirus empezaba a azotar Italia, Francisco también sufrió un fuerte resfriado que le obligó a cancelar varios días de audiencias oficiales y su participación en el retiro espiritual anual del Vaticano. El Vaticano ya había borrado el retiro de este año en favor de ejercicios espirituales personales.

Al Papa argentino le extirparon parte de un pulmón cuando era joven debido a una infección respiratoria, y en 2021 le extirparon un trozo de colon debido a una inflamación intestinal. Ha estado usando una silla de ruedas y un bastón desde el año pasado debido a una distensión en los ligamentos de la rodilla y una pequeña fractura en la rodilla que le han dificultado caminar y estar de pie.

El Papa aprovechó sus breves palabras al final de la audiencia del miércoles con motivo del 25º aniversario de la ratificación de la Convención sobre minas antipersonas, expresando su “cercanía a las numerosas víctimas de estos artefactos insidiosos que nos recuerdan la dramática crueldad de la guerra”.

También hizo un llamamiento por la paz en Oriente Medio, Ucrania y rezó por las víctimas de los atentados en Burkina Faso y Haití.

Al final de la audiencia, el Papa pasó aproximadamente una hora saludando a los fieles desde su silla de ruedas, deteniéndose para hablar, bendecir a los bebés e intercambiar regalos.