CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El Centro Nacional de Prevención de Desastres de México dijo el miércoles que el volcán Popocatépetl, ubicado a sólo 50 millas de la capital del país, entró en erupción 13 veces en el último día e instó a la gente a no intentar escalarlo debido a los escombros que salen disparados del cráter del volcán.
La ceniza volcánica del Popocatépetl interrumpió los vuelos desde el aeropuerto más grande de la Ciudad de México el martes y provocó que otro aeropuerto aún más cercano al volcán suspendiera temporalmente su actividad.
El aeropuerto internacional Benito Juárez de Ciudad de México dijo que al menos 22 vuelos fueron cancelados debido a preocupaciones de seguridad luego de que se encontraran cenizas en algunos aviones durante los controles de seguridad. Otros vuelos fueron desviados a diferentes partes de México.
En Puebla, ciudad cercana al volcán, las operaciones aeroportuarias fueron suspendidas temporalmente el miércoles debido a los gases y vapores provenientes del “Popo”. El aeropuerto dijo que el personal estaba trabajando arduamente limpiando la ceniza que flotaba desde arriba.
El aeropuerto de la Ciudad de México también advirtió el miércoles que “las operaciones podrían suspenderse” y su sitio web muestra una serie de cancelaciones y retrasos.
“Nuestra prioridad es la seguridad en las operaciones”, publicó la cuenta oficial del aeropuerto en X, antes Twitter, y agregó que monitorea continuamente las condiciones de los vuelos.
Según el aeropuerto, las cenizas han generado una serie de problemas de seguridad. Las cenizas volcánicas son especialmente peligrosas para la aviación, no sólo porque reducen la visibilidad sino porque pueden actuar como abrasivo y dañar las alas y el fuselaje de un avión. En los aeropuertos, las cenizas pueden cubrir las pistas, dañar al personal del aeropuerto y causar una serie de otros problemas logísticos.
El volcán ha estado activo durante medio millón de años y entra en erupción periódicamente. El año pasado, grandes erupciones causaron alarma después de que las ciudades cercanas quedaran cubiertas de ceniza, pero los vulcanólogos calificaron la actividad como “nada nuevo o sorprendente”.
Su última gran erupción ocurrió hace más de mil años.