ROSARIO, ARGENTINA (AP)- El Río Paraná, una de las principales vías fluviales comerciales de Sudamérica, se está secando y alcanzando su nivel más bajo en 77 años debido a una prolongada sequía en Brasil, que los especialistas apuntan a los patrones climáticos extremos del calentamiento global.
Está en peligro un vasto ecosistema que incluye el agua potable para 40 millones de personas, el sustento de comunidades pesqueras y agricultores, y la navegabilidad del principal nodo de exportación de granos del mundo.
El Instituto Nacional del Agua (INA) de Argentina ha definido el estiaje del río Paraná como “el peor desde 1944”.
“Es decir que el río nos está dando en este momento las señales de que no es un bien infinito y que necesita de muchos cuidados ” , dijo el ambientalista Jorge Bartoli, coordinador de la organización “El Paraná No Se Toca”.
Para Bartoli y otros ecologistas, la sequía ocurrida desde 2020 refleja los problemas que el cambio climático genera sobre ese recurso hídrico a partir de prácticas como la deforestación.
La hidrovía y sus acuíferos subterráneos abastecen de agua dulce a unos 40 millones de personas en diferentes países de Sudamérica, entre ellos Brasil y Argentina.
A su vez, recibe agua del Río Paraguay, que tiene entre sus principales fuentes la zona del Pantanal, un enorme humedal situado en la región del Mato Grosso, zona central de Brasil.
La sequía del río está afectando al transporte de mercancías.
Guillermo Miguel, presidente del puerto de la ciudad de Rosario, Argentina, dijo que los buques tuvieron que reducir su tonelaje en aproximadamente un 20% para seguir navegando.
Los pescadores también están asombrados por la situación del río y desesperados porque casi no pueden pescar.
“Esto no es normal, yo he visto bajante muchísimos años, yo era pibe, bajante como esta pero poco tiempo, un mes y dos y nada, no tanto como ahora que casi lleva dos años. No, no lo he visto, y aparte parece que va a seguir bajando más todavía.”
ASSOCIATED PRESS