(NEXSTAR) – Es ampliamente conocido que la segunda dosis de las vacunas COVID-19 tiende a tener más efectos secundarios que la primera, como cansancio, dolores de cabeza, escalofríos, fiebre, náuseas y dolores musculares.
¿Porqué es eso?
Según el Dr. William B. Greenough III, profesor emérito de la Escuela de Medicina Johns Hopkins que es conocido por su trabajo sobre el cólera, hay una explicación simple para el aumento de los efectos secundarios.
Con la primera dosis, su cuerpo comienza a desarrollar su respuesta inmune inicial, incluida la producción de anticuerpos.
Pero con la segunda inyección, también conocida como la segunda exposición al virus, reaccionan “los peces gordos” de su sistema inmunológico.
“Una vez que su sistema inmunológico reconozca el virus [after the second dose] , tendrá una reacción mayor”, dijo Greenough.
Esta es una señal de que la vacuna está funcionando y de que su sistema inmunológico “reconoce la vacuna en su cuerpo”.
Con la segunda dosis, su cuerpo no solo crea anticuerpos, sino que estimula los ganglios linfáticos y otras partes del cuerpo para que reaccionen a la vacuna a nivel de los tejidos.
¿Por qué su cuerpo crea efectos secundarios? Hay una respuesta en dos partes a esta pregunta, según el Dr. Richard Kennedy, profesor de medicina de Mayo Clinic y codirector del Grupo de Investigación de Vacunas de Mayo Clinic.
Su sistema inmunológico tiene dos componentes diferentes: inmunidad innata e inmunidad adaptativa. La inmunidad innata es la respuesta de primera línea de su cuerpo a un invasor externo.
“La inmunidad innata hace lo mismo cada vez que detecta un microorganismo en su sistema. Tiene que reconocer que está infectado, hacer sonar la alarma e iniciar la respuesta inmune adaptativa ”, dijo Kennedy.
“La inmunidad innata no es muy buena para protegerte contra las infecciones virales”, continuó. “Es más un bache para reducir la velocidad”.
Después de la respuesta innata de su cuerpo, que ocurre al primer signo de una infección o virus, la inmunidad adaptativa se hace cargo. Este tipo de inmunidad es responsable de la creación de células B y T, que pueden eliminar las infecciones.
Cuando recibe una vacuna, primero se estimula su inmunidad innata. En aproximadamente una semana y media, su inmunidad adaptativa comienza a dispararse, ofreciéndole una protección real contra el virus.